4 claves para montar tu taller en casa
En ellos no falta nada y todo parece perfecto, desde la ubicación hasta el orden de cada cosa. Pero la falta de espacio o las limitaciones del presupuesto pueden haberte echado hasta ahora para atrás.
A pesar de que te gustaría mucho tener un taller en casa, muchos factores han influido para que nunca hayas llegado a dar el paso de instalar un taller en casa.
A continuación, te daré algunas claves para poner en marcha uno con todas las garantías. Lo disfrutarás tanto que pasarás horas y horas en él casi sin darte cuenta.
1. La seguridad, lo más importante
Puede sonar a tópico, pero no puede ser más cierto. Sin seguridad completa, tu taller puede darte más de un disgusto. Ten en cuenta que trabajarás con herramientas en algunos casos pesadas, que puedes utilizar altas temperaturas si, por ejemplo, realizas soldaduras, o que la instalación eléctrica debe encontrarse en perfecto estado de revista.
Protege los componentes eléctricos y asegúrate de que la instalación de cableado es segura. Evita los cables colgantes y los alargadores, y sitúa los enchufes cerca de la mesa. Contar con una derivación eléctrica única para el taller es también básico.
Además, recuerda que, aunque tu taller sea tu rincón privado, sigues estando dentro de casa, lo que significa que un niño puede llegar a él. Es imprescindible que cuentes con un espacio destinado a las herramientas peligrosas y otro para las herramientas frágiles. Valora, además, la opción de instalar mecanismos de control de acceso o alarmas.
2. Define cuál es el tipo de taller que quieres tener
No existe el taller en casa perfecto, sino que tú lo harás ideal para tus necesidades. De todos modos, te mostraré los tipos de talleres más comunes.
- Taller de manualidades, arte, restauración y bricolaje fino. Precisa de unas especiales condiciones de aislamiento.
- Taller de bricolaje ‘grueso’, para electricidad, carpintería y construcción. Requiere un control especial del acceso al mismo, porque en él se usan taladros, tornos y otras herramientas peligrosas.
- Talleres mecánicos, de herrería o fundición. La seguridad, así como la limpieza, el orden y la buena distribución de estos espacios, es clave.
3. Distribuye bien los espacios
La organización ideal de tu taller doméstico debe incluir cuatro zonas bien delimitadas: una de trabajo principal, otra de limpieza, otra de evacuación y una última de almacenaje.
La zona de trabajo principal estará en el espacio central para tener todo, incluidas las herramientas básicas para el hogar, cerca. La zona de limpieza debe contar con una toma de agua, mientras que en la zona de evacuación albergaremos residuos que se vayan generando. Lo mejor es situarla en un lugar próximo a la puerta de acceso principal, para facilitar su evacuación.
Por último, la zona de almacenaje rodeará a la de trabajo. Si utilizamos sustancias peligrosas e inflamables debemos buscar un lugar seco, fresco y ventilado para almacenarlas en la que hemos denominado zona de evacuación, si es bajo llave mejor. En esta área guardaremos distintos tipos de materiales como:
4. Banco de trabajo ‘limpio’ y banco de trabajo ‘sucio’
Conviene distinguir entre una zona de taller ‘limpia’ y otra zona ‘sucia’, cada una con su propio banco de trabajo. El primero se utilizará para trabajos que originen escasos residuos o residuos fáciles de limpiar, como por ejemplo los que surgen de utilizar sierras, taladros, tornos, etc.
Es una zona que hay que limpiar especialmente bien para que podamos volver a utilizarla en las siguientes ocasiones. En contraste con el banco de trabajo ‘limpio’ está el ‘sucio’, en el que trabajaremos con pinturas, aceites, disolventes, etc. Para éste necesitaremos una toma de agua y un desagüe.
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