Persianas: problemas más frecuentes y soluciones recomendadas por nuestros profesionales
Nos protegen de cualquier amenaza exterior: desde un sol excesivo o el granizo, hasta la entrada de intrusos en nuestro hogar. Y nosotros respondemos su extrema eficacia a menudo con tirones a la cinta y excesiva falta de atención.
Pero,
¿Cuáles son los problemas más frecuentes con las persianas?
Sí, amigos: nuestras persianas son de esas partes de la casa que damos por garantizadas y que, sin embargo, probablemente no valoramos ni cuidamos lo suficiente.
Pero las persianas también se estropean. Y es entonces cuando nos damos cuenta del fiel y valioso servicio que nos estaban proporcionando, y nos urge volver a disponer de ellas en plena forma.
Hoy vamos a ver cuáles son los problemas más habituales con este equipamiento del hogar, sus averías y roturas frecuentes, y qué tipo de reparación o arreglo necesitan.
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Cómo cambiar la cuerda de la persiana
Te explicamos en este breve y sencillo vídeo, de mano de nuestro manitas de referencia, Salvador de la Casa, cómo sustituir una cinta de persiana de forma fácil, paso a paso.
Si las persianas no suben o no bajan del todo al tirar de la cinta…
Seguramente hubo algún problema en la instalación de la cinta. Para resolverlo se debe acceder al registro o al cajón de la persiana, quitar los flejes del panel al eje, y tirar de la cinta del recogedor hasta que llegue al tope (fijarla para que no se introduzca).
Entonces debemos girar el disco del eje en sentido contrario a como suba la persiana, de manera que recoja toda la cinta antes sacada del recogedor.
Cuando llegue al tope, debemos volver a colocar los flejes del panel al eje y verificar que la persiana funciona correctamente.
Atasco de persiana
Sus causas pueden ser de diversos tipos. Puede haberse roto una de las lamas, o haberse quedado enganchada en el cajón, o haberse soltado un fleje (su función es sujetar el paño de la persiana)…
Si se trata de una persiana eléctrica, también puede haber un objeto atascándola.
En todos los casos debemos inspeccionar el recorrido completo de la persiana, abriendo también el registro de la persiana o el cajón para comprobar si hay alguna sección rota o enganchada fuera de nuestra vista.
Cuando encontremos la lama que se ha desplazado, debemos empujarla hasta devolverla a su posición original.
Si la persiana se baja por sí sola…
Esto pasa cuando la pestaña del recogedor no sujeta la cinta. Para resolverlo, debemos retirar el recogedor de la pared o abrirlo (cuando es exterior abatible). Entonces tenemos que fijarnos en que la cinta pasa por una rendija del recogedor que tiene una pestaña pequeña que la traba. Intentaremos cerrar o rectificar esta pestaña, de manera que quede casi pegada a donde pasa la cinta, y con cuidado de no cerrarlo del todo ya que, de lo contrario, la cinta no tendrá sitio para deslizarse.
Rotura de lamas de la persiana
Esto es más frecuente en zonas con granizo de gran tamaño, donde los impactos terminan rompiendo la superficie de las lamas, y esto, además de perjudicar su apariencia estética, termina dificultando el funcionamiento práctico del equipamiento.
En este caso, no queda más remedio que sustituir las partes dañadas por otras nuevas.
Rotura del motor de la persiana
Siempre que se incorpora un motor a una función del hogar, aumentan tanto la comodidad como la posibilidad de encontrarnos problemas más complicados de resolver a la larga.
Aunque está comprobado que las persianas con motor tienen una durabilidad mayor que las persianas convencionales (al fin y al cabo, el componente robotizado sustituye, con su velocidad siempre constante y su delicada rotación, a los tirones desenfadados que muchas veces causamos los seres humanos), en ocasiones es necesario reajustar cables y mecanismos que se han aflojado con el tiempo.
También puede ser necesario reprogramar el mando que pone en marcha el motor, o reconfigurar los finales de carrera que marcan el recorrido que la persiana debe llevar a cabo, sin meterse del todo en el cajón.
Un truco extra: cómo aislar el frío del tambor de tu persiana con un par de euros...
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