¿Cómo afectará a tu empresa la nueva ley europea en la reparación de electrodomésticos?
El derecho a reparar es una normativa aprobada en noviembre de 2020 por la Unión Europea y que ha entrado en vigor en marzo de 2021.
Su objetivo es aumentar la vida útil de los dispositivos electrónicos y los electrodomésticos, reduciendo, de este modo, el impacto medioambiental. La aplicación de esta nueva normativa conlleva, entre otras obligaciones, la de especificar en etiquetas informativas la vida útil estimada de los dispositivos.
Desde hace años nos encontramos ante una situación en la que reparar un dispositivo averiado se convierte en una misión casi imposible. Esto sucede porque para ello necesitamos manuales, herramientas y /o componentes de los que solo disponen los servicios técnicos oficiales autorizados que, además, fijan en qué momento dejan de dar servicio de reparación a determinadas versiones de sus dispositivos. Gracias a esta directiva, los fabricantes estarán obligados a ofrecer productos que se puedan reparar sin requerir de herramientas específicas y facilitar las instrucciones para el correcto mantenimiento y reparación del producto.
Abandonar la obsolescencia programada en favor del medio ambiente
La finalidad de esta nueva normativa es aumentar la durabilidad de los productos tecnológicos y, con ello, reducir la huella ambiental producida por su deshecho.
El último estudio sobre el impacto de este tipo de residuos realizado por Naciones Unidas, fijaba que en 2019 se generaron 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos en el mundo. Esta cifra supone que en Europa, anualmente, cada ciudadano deshecha 16 kg. de desperdicios electrónicos y la Unión Europea solo puede reciclar un 40% de los mismos.
Bajo el lema “hacia un mercado único más sostenible para las empresas y los consumidores”, este derecho a la reparación supone un gran avance dentro del Pacto Verde Europeo.
El derecho a reparar como un derecho del consumidor
Pero podemos ir más allá, puesto que no solo afecta al medio ambiente. Los derechos del consumidor también han sido atacados por la obsolescencia programada. La información aportada por los fabricantes ha pasado a ser cada vez menos transparente y, en ocasiones, totalmente inaccesible y, con ello, sus posibilidades de reparación.
En el caso de aquellos productos que incluyen sistemas operativos dependientes de actualizaciones de software se deberán garantizar también durante todo el período de vida útil del artículo, realizándose de manera evolutiva y sin afectar al rendimiento del producto.
La nueva normativa buscará alcanzar también las metas de ajuste de la duración de la garantía legal de los productos a la vida útil estimada de los mismos, por lo que las necesidades de mantenimiento por parte de las empresas se convertirán en una necesidad. También se contempla la posibilidad de ampliar el periodo de devoluciones por no conformidad y que la responsabilidad entre vendedores y fabricantes se equilibre a la hora de ofrecer garantía a sus consumidores.
La adaptación de las empresas a la nueva normativa
La normativa busca, ante todo, que las reparaciones sean sistemáticas, rentables y atractivas y para ello en el momento de la compra se deberá ofrecer información sobre la disponibilidad de piezas de recambio y los métodos de reparación.
La directiva sobre diseño ecológico resalta que se debe proporcionar información precisa a los agentes del sector de mantenimiento y reparaciones, fomentar la estandarización de las piezas de recambio, alentar a la reparación en lugar de la sustitución y crear incentivos que promuevan las reparaciones tras el vencimiento del periodo de garantía.
Esto se traducirá en un cambio en el paradigma de consumo a medio plazo, y cada vez será más recurrente y eficaz ofrecer servicios de valor añadido a la compra de productos tecnológicos.
Se fomentan así nuevos modelos comerciales como los que HomeServe lleva implementando desde hace más de 25 años con sus partners, alianzas en las que se garantiza el mantenimiento avalado por expertos y profesionales de diferentes sectores y que permiten a las empresas ofrecer servicios de mantenimiento garantizados a sus clientes.
Este tipo de modelos favorecen que más allá de la producción material se comercialice la funcionalidad de los productos y su durabilidad. Modelos atractivos e innovadores que son de interés tanto para las empresas como para los consumidores y para la reducción del impacto ambiental del consumo tecnológico.