Cómo funciona la vitrocerámica

La forma en que cocinamos los alimentos ha evolucionado mucho desde el descubrimiento del fuego. La llegada de la electricidad supuso un avance grandísimo en este campo, que alcanzó uno de sus mayores hitos con la llegada de la vitrocerámica.

A pesar de que después han surgido sistemas más avanzados, como la inducción, la vitrocerámica sigue siendo una elección mayoritaria en los hogares españoles. Decidirse entre ambas opciones es cuestión de gustos, ya que no se puede decir que una sea mejor que otra. Simplemente cubren necesidades un poco diferentes.

Si estás pensando en comprar una placa vitrocerámica, es importante que conozcas su funcionamiento y sus peculiaridades para poder tomar la decisión adecuada.

Componentes de una vitrocerámica

Para comprender cómo trabaja y saber a qué te enfrentas si quieres instalar tú mismo una vitrocerámica, primero hay que tener claros cuáles son sus principales componentes:

• Placa de cocinado.
• Indicador de encendido.
• Mandos para regular la potencia de cada zona.
• Varios circuitos de resistencia eléctrica, uno por cada área de cocción.
• Un termostato por cada sección que detecta la subida de temperatura.
• Luminosos que muestran si la zona está caliente.
• Elementos de seguridad:  como un termostato que detecta un exceso de calor y corta la electricidad si es necesario o sistemas de bloqueo de seguridad para evitar que los más pequeños de la casa sufran accidentes. Nos puede ocurrir que bloqueemos la vitrocerámica sin querer y luego no sepamos como quitar ese elemento de seguridad por eso en este artículo te contamos cómo desbloquear una vitrocerámica paso a paso.

¿Cómo funciona la placa vitrocerámica?

La forma de trabajar de una vitrocerámica es aparentemente sencilla: encendemos la placa, seleccionamos la potencia en una determinada zona y, en un breve periodo de tiempo, se calienta y transmite la temperatura a la cazuela.

Pero, detrás de esta supuesta simplicidad, se esconden algunas curiosidades que merece la pena conocer:

• La placa de cocinado está fabricada con cristal vitrocerámico, un material caracterizado por una alta resistencia al calor. Por eso no se rompe con la subida de temperatura, ya que la transmite rápidamente.
• Las zonas de cocción están compuestas por circuitos de resistencia eléctrica enrollados que suelen tener entre 35 y 50 ohmios.
• Los mandos de control cuentan con una célula PTC y unos reguladores metálicos que modulan la presión ejercida sobre la resistencia. A mayor presión, la corriente pasa durante más tiempo. Es decir, en realidad no varía la cantidad de electricidad que llega a la placa, sino el rato que permanece encendida.
• Cada resistencia se compone de dos termostatos: uno detecta el calor y enciende una luz para indicarlo al usuario y otro corta la corriente si la temperatura es excesivamente alta.
• Al contrario que en la inducción, el cristal vitrocerámico guarda el calor tiempo después del cocinado. Por lo tanto, las señales luminosas permanecerán encendidas mientras la placa continúe caliente, incluso cuando ya está apagada.

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Son muchos los que prefieren la forma de cocinado que ofrecen las vitrocerámicas, ya que aprovechan el calor residual para dar el toque final a los alimentos. Si te gustan los platos bien acabados, el primer paso es contar con un aparato que funcione al 100%. Para reparar las averías que pueda presentar, confía en los técnicos de HomeServe, que se desplazan a tu domicilio de forma gratuita y realizan un trabajo rápido y de calidad.

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