Cómo usar un horno eléctrico

Aunque el horno eléctrico está presente en casi todas las cocinas, todavía es un gran desconocido para demasiada gente. Ya sea por pereza o por falta de tiempo, son muchos los que solamente lo usan para almacenar bandejas, guardar los recipientes del aceite reutilizable y hornear pizzas.

En HomeServe nos gusta que saques el máximo partido a tus electrodomésticos y queremos compartir contigo 6 consejos para que utilices el horno de forma segura, eficiente y, sobre todo, habitual. Porque ¡no hay mejor ambientador para un hogar que el aroma de un plato recién horneado!

1. El precalentado está para usarlo

Seleccionar la función de precalentado es fundamental para que la comida quede en su punto y no pierda jugos en exceso. Cuando introducimos los alimentos en un horno frío, se van cocinando antes de alcanzar la temperatura necesaria para que se asen y, en consecuencia, no se hacen de forma homogénea. 

2. Una altura para cada cocinado

Los hornos ofrecen distintas alturas para colocar las rejillas y bandejas porque cada alimento necesita estar más o menos cerca de la fuente de calor para cocinarse.

Si tienes dudas, sigue estas pautas:

• Coloca arriba aquello que necesite cocinarse rápido y que deba adquirir un tono dorado o gratinado.
• Las alturas medias son las más apropiadas para la repostería.
• Para asados largos que necesitan tiempo para estar en su punto, elige las alturas inferiores.

3. ¿Bandeja o rejilla?

No todo vale. Los hornos eléctricos tienen distintos tipos de bandejas y rejillas porque cada cocinado requiere que utilices los utensilios adecuados. No estropees el resultado y escoge con cabeza. ¿Necesitas ayuda? Aquí la tienes: 

• Las bandejas planas son adecuadas para repostería, ya que reparten el calor homogéneamente.
• Las bandejas profundas permiten asar piezas grandes y mantener todo el jugo para hacer la salsa.
• Las rejillas se utilizan para alimentos que tienen que recibir calor tanto por arriba como por abajo, por ejemplo, una pizza.

4. Prohibido abrir la puerta

A no ser que quieras que el horno pierda calor y el asado no se haga de forma adecuada, ¡nunca abras la puerta para ver cómo va el cocinado! Piensa que por algo tienen una ventana de cristal: para que puedas comprobar el aspecto de la comida sin interferir en el proceso.

5. La limpieza es fundamental

Sabemos que es la parte más desagradable, pero hay que hacerla. Eliminar los restos de grasa o comida que quedan en el horno después de cocinar resulta imprescindible si quieres que funcione como el primer día y dure mucho tiempo.

La limpieza pirolítica es una gran ayuda, pero no es necesario utilizarla cada vez que encendemos el electrodoméstico. En el día a día basta con hacer un mantenimiento básico y aplicar algunos trucos de limpieza para que la suciedad no se acumule:

• Elimina las manchas de grasa antes de que se sequen.
• Usa un estropajo metálico para los restos que estén más pegados.
• Utiliza agua templada y lavavajillas para limpiar el interior después de cada uso.
• Recuerda limpiar el horno con productos naturales; es eficaz y ecológico.

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6. Las revisiones periódicas pueden salvarte

Los hornos necesitan un mantenimiento adecuado para trabajar a pleno rendimiento. Las conexiones eléctricas, el motor, la ventilación, las luces o las bisagras de la puerta son elementos imprescindibles que deben estar al 100% para que triunfes con tus asados.

Está claro que no tienes por qué saber cada cuánto tiempo hay que cambiar ciertas piezas o qué está fallando cuando la comida no se guisa como debiera. Pero puedes confiar en la experiencia de los técnicos de hornos de HomeServe, que se desplazan a tu domicilio de forma gratuita para poner a punto tu cocina. Infórmate sin compromiso en el 911 774 593 Además, los packs de reparaciones de electrodomésticos cubren todas las necesidades que tengas a lo largo del año. ¡No esperes para contratar el tuyo!