¡Cómo hemos cambiado! Cocinas de antes vs. Cocinas de ahora
¿Imaginas cómo sería vivir en una casa sin nevera? En pocos años nuestro estilo de vida ha evolucionado muchísimo. Hemos cambiado nuestra forma de vivir, comprar y cocinar y eso, parece que no, pero se nota.
Gracias a todos los avances tecnológicos que se han dado en el último siglo, podemos vivir mucho más tranquilos y dejando a un lado el tedioso trabajo que implicaba meterse en la cocina antes de todo. ¿Cómo hemos cambiado? ¡Presta atención!
La cocina, un mundo nuevo
Cocinar hace un siglo o dos no era tarea fácil. Por supuesto, no existían las vitrocerámicas ni las placas de inducción, todo era mucho más complejo. Las cocinas eran de carbón y los hornos de piedra. Cocinar no era tan sencillo como meter un tupper al microondas, ya que ponerse requería mucho más tiempo y esfuerzo. ¿Sabes cómo se ponía todo de humos y olores? Nada que ver con las campanas extractoras de ahora que hacen que el vapor de la sartén se esfume enseguida.
¿Dónde se guardaba la comida?
Antes de las neveras de ahora en las que nos cabe de todo, muchos tenían que ingeniárselas para mantener los alimentos. Por supuesto, no existía esa tendencia de ahora de poder hacer la compra del mes, congelar la comida y olvidarse. Ir a la compra era una actividad que debía hacerse varias veces a la semana. Muchos recurrían a antiguos frigoríficos de madera aislados que se mantenían con hielo. También se optaba por conservar los alimentos en aceite o en seco o, en el campo, las frutas y verduras se sumergían en el río atadas a una cuerda.
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¿Y quién lavaba los platos?
Por supuesto, no existían los lavavajillas con programa ecológico que nos permiten invertir no más de 3 minutos en esta tarea. Antes era necesario (como en algunas casas de ahora) remangarse y frotar a mano. Ahora tenemos la suerte de contar con una buena caldera que nos permitirá tener agua caliente durante todo el lavado.
Lavar era un proceso largo y cansado
Por supuesto, nuestras lavadoras de ahora nada tienen que ver con lo que antes significaba hacer la colada. Hace unos años suponía ir a un río o lavadero y pasarse allí un buen rato frotando manchas, sin contar todo el proceso de secado, plancha, etc. Ahora, podemos permitirnos meter nuestra ropa en la lavadora, activar el programa de secado y que salga prácticamente lisa y perfecta para lucir de nuevo.
Nuestra vida ha cambiado mucho en relativamente poco tiempo. Ahora podemos estar tranquilos porque contamos con los mejores avances tecnológicos. Tan solo tenemos que pensar en cómo distribuir los electrodomésticos en la cocina y, si algún día fallan, la solución está al alcance de nuestra mano. Es tan fácil como llamar a un técnico especialista en electrodomésticos que se encargue de repararlos. ¡Así la vida es mucho mejor!