9 cosas que están haciendo enfermar a tu mascota en casa
Ahora bien, nuestro amor eterno hacia estos compañeros de casa, requiere algunas instrucciones específicas que no siempre tenemos claras desde el principio y que resultan fundamentales para salvaguardar su salud de problemas inesperados. Porque recuerda, tu hogar, es también su hogar.
Especialmente porque nuestra casa está llena de elementos que pueden resultar letales para nuestros amigos peludos y jamás imaginarías.
Así que vamos con una lista que debes memorizar y que empezamos a repasar ahora mismo. Con el número uno…
1. El chocolate
Aún recuerdo la primera vez que me dijeron que el chocolate era “malo” para los perros. Yo tenía apenas ocho años, y compartía en el jardín mi tableta de chocolate con mi querido Foster, un pastor alemán de los que le dan tanta fama de inteligente a esta raza.
Cuando mi madre me vio, corrió hacia mí haciendo gestos con la mano. Yo pensé que me iba a regañar por darle mi merienda a nuestro chuchín, pero no era ese el problema exactamente. Enseguida me explicó que el chocolate era veneno para los canes. Que tenía algo, una sustancia, que les ponía extremadamente nerviosos y podía ser mortal en ciertas dosis.
¿Estáis pensando en aquel tópico de que “el chocolate deja ciegos a los perros”? Pues es mucho peor: años después —e internet mediante— descubrí que tal tóxico se llamaba Teobromina, una molécula que los canes no pueden metabolizar como nosotros, y que se concentra más cuanto más oscuro y de calidad es el cacao de la pieza.
En bajas dosis les produce diarreas y vómitos, y estados de gran alteración nerviosa. En un pastor alemán de 30 kilos, la intoxicación se produciría con 170 gramos de chocolate negro; en un chihuahua de 3 kilos, bastarían 17 gramos de chocolate amargo para causar un shock grave que podría terminar con la muerte del animal.
Así que, ya sabes, nada de compartir uno de tus mayores placeres culpables con el bueno de Lucky. Y lo mismo va por los hurones. No me mires así: en estos días hipstéricos puedes ver pasear a estas criaturas con correa por las plazas de San Ildefonso y el Born tanto como a cerdos vietnamitas ¿o no?
2. Masa de pan
¡Vaya, hombre! ¿También el más humilde y universal trozo de comida conocido por nuestra civilización, resulta venenoso para un perro?
Primero, hay que tener en cuenta que los intestinos y el estómago de los canes no están desarrollados de igual forma que los nuestros (por duros que parezcan a veces). La masa de pan puede expandirse en sus vísceras, provocando atascos intestinales y requiriendo cirugía para remediarlo de inmediato.
Además, la levadura produce alcohol, que podría generar convulsiones o fallos respiratorios, especialmente en perros delicados en dicho tracto, como los bulldogs franceses.
3. Azucenas o lirios
El lilium, género floral con 110 integrantes, es una planta decorativa preciosa y un enemigo mortal de nuestros amados perros y gatos. Causa fallos en el riñón en los mininos y problemas en el ritmo cardíaco de canes y gatitos por igual.
Otras plantas tóxicas para ellos que deberías evitar en un hogar con mascotas son las azaléas (Rhododendron L.), el muérdago (Viscum album), y el filodendro (Philodendron).
4. Medicinas
“¡Vaya sorpresa!”, me dirás. Pero aún hay quien piensa que los tubos digestivos de sus mascotas son como vehículos de combate acorazados de la Segunda Guerra Mundial, y quien además intuye que las propiedades de aquellos medicamentos que nos ayudan a los humanos pueden tener el mismo efecto en nuestras mascotas. Y este error puede ser fatal para nuestros amiguetes a ras de suelo.
Hasta los analgésicos menos sospechosos, los complejos vitamínicos, ungüentos o cremas tópicas pueden causar daños a esos cuerpos que no están preparados para sus composiciones.
Por ello, nunca debes usarlos con ellos como lo harías contigo, y mucho menos dejarlos a su alcance para que puedan servirse una barra libre muy peligrosa de tu caja de las medicinas.
5. Sobras de huesos
Un clásico: “¡pero dáselas, hombre, que a ellos les encantan!”. Claro que sí. Lo malo es que los huesos, especialmente los de pollo, se parten en astillas ante las hambrientas mandíbulas de nuestros cachorros, y estas se pueden clavar en cualquier parte de las paredes hacia su estómago, provocando asfixia y pudiendo resultar mortal.
Así que asúmelo: si quieres invitar a alitas de pollo a Wilma, sé cortés y retira los huesos para ofrecerle solo carne y nada más que carne. Eso sí que es un regalo con cariño, como pelar las gambas a tu ser amado.
6. Hilo dental
Ojo con dejar una de estas cajitas cerca de tu mejor amigo peludo, así como en la basura a su alcance.
Se empeñará en romperla con sus sobradamente preparados dientes, y después lamerá y tragará metros y metros de este hilo, que le provocaría bloqueos intestinales y estrangulación con mucha facilidad.
De la misma forma, debes dejar siempre fuera de sus garras cualquier tipo de hilo, cuerda, y gomas elásticas.
7. Pilas
Aunque no tienes un Máster en Química, algo te dice que no es buena idea morder una pila de cualquier tipo. Tanto a ti como a Pippo os causaría úlceras en la boca, esófago y estómago.
8. Sal para deshelar caminos
Tan necesaria cuando el invierno arrecia y bloquea nuestras calles con grandes nevadas, este tipo de sal empleada por los servicios públicos resulta venenosa para nuestros compañeros a cuatro patas. Y si no lo evitas, es fácil que se pongan a lamerla y resulten intoxicados.
Para evitarlo, limpia sus patas después del paseo y evita que entre en casa la sal.
9. Tabaco
No te voy a decir lo malo que resulta fumar para ti, porque ya lo sabes. Y que el humo causado también convierte en fumadoras pasivas a tus mascotas es de cajón. Pero es que, además, la nicotina ingerida puede provocar vómitos, temblores, colapso y muerte en los animales.
Ojo, igualmente, con que no tengan acceso a tus parches de nicotina, si es que estás intentando dejar de fumar por este método.
Hay muchas cosas más rondando por tu casa que pueden hacer daño a tus animalitos, y que resultan más obvias, como todo tipo de químicos, desde detergentes y suavizantes hasta productos de limpieza, lejía, objetos punzantes y cortantes, juguetes con piezas pequeñas, pegamentos, colas, barnices, pintura, insecticidas, etc.
Presta especial atención a estos y memoriza el listado de hoy para evitar que nunca, bajo ninguna circunstancia, entren en contacto con tus mejores amigos mulliditos.
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