De alquiler: cómo transformar tu terraza sin taladrar ni pintar
Uno de los mayores problemas cuando estás viviendo de alquiler es que debes cumplir ciertas normas que no puedes romper, y que te impiden tenerla 100% a tu gusto:
Regla #1: nada de taladrar (o, al menos, no tanto como te gustaría).
Regla #2: nada de pintar paredes, techo o suelos.
Regla #3: si construyes algo ad hoc para una superficie o espacio concreto, ¿cómo lo desmontas y te lo llevas después? . Y es que, muchas veces, nos encanta el espacio en que vivimos, pero no nos gusta la pintura (¡ah, maldito gotelé, nosotros te maldecimos!), o los materiales, o el estilo en sí. Y lo más importante: necesitamos ahorrar lo máximo posible al darle forma a nuestro hogar.
> Por cierto, ¿aún no has aprendido en esta entrada “Cómo quitar el gotelé de tu casa?”
.Por eso, este maravilloso proyecto te dejará alucinado y te inspirará para hacer lo mismo en tu propia casa: buscar la manera de remodelar un espacio a tu gusto sin tener que reformarlo en sí. El ejemplo es una terracita urbana, gris y aburrida. Y el tablón de inspiración que sus propietarios usaron para crear su nuevo rincón favorito, el siguiente:
Efectivamente, ni cortos ni perezosos, sus inquilinos querían convertir la terraza en un espacio tropical, de colores y materiales vivos y naturales.
Así que recopilaron una gran cantidad de palés antiguos (sí, ya sabes, palés, palets, pallets... estamos hablando de lo mismo), los separaron todos con ayuda de una palanca, y empezaron por el suelo: aplicando una plantilla, colorearon con una bonita trama azul, blanca y amarilla el centro de la superficie solada.
> Hablando de madera, ¿sabes cómo barnizar cada madera según su estado? En el post del enlace te lo explicamos, y sí aún así no te atreves, pide ayuda a nuestros carpinteros que te lo dejarán niquelado ;)
También crearon mobiliario específico cubriendo viejos muebles con la madera de los palés.
Para las paredes, crearon paneles de palés a medida, y colocaron escuadras de 90º (en forma de L) en la parte inferior, que permiten que la estructura se mantenga de pie, apoyada en la pared, sin caerse nunca hacia el otro lado. Además, la intención es que estas coberturas de madera sirvan también como respaldo. Para dar un toque original a la pared y añadir otro material de contraste, crearon un marco de madera con dos planchas de metal corrugado y lo colocaron en el centro.
Otro toque genial: compraron maceteros de plástico muy baratos y los cubrieron de madera que después pintaron con la paleta de colores elegida. Incluso revistieron la lamparita de la pared con una cubierta inspirada en las cestas de pescar del sudeste asiático, a partir de cartón grueso.
El toque final: unos cuantos cojines a juego para dar todavía más vida al espacio y hacerlo más acogedor.
El resultado es una instalación que transforma por completo una parte de una vivienda de alquiler sin intervenir en absoluto paredes o suelos de forma permanente. Una solución tan inteligente y manitas, que solo podemos quitarnos la gorra… y el cinturón de herramientas como homenaje.
Vía apieceofrainbow