Cómo elegir bien tu pérgola para combatir el sol y el calor este verano

En muchas ocasiones nos planteamos si poner un toldo o una pérgola en nuestra terrazas que nos protejan de los rayos solares o de la lluvia en momento no tan cálidos como el verano.

Si tienes terraza, patio o jardín, merece la pena que te vayas planteando cómo hacerlos habitables durante todas las épocas del año. Y para ello, instalar una pérgola en los exteriores de tu vivienda es una apuesta ganadora, créeme.

Para aquellos no familiarizados con el término, os diré que se trata de una estructura de cuatro columnas y vigas transversales en la parte superior, que sirve para cubrir un área determinada frente al sol, creando un espacio en sombra que se convertirá en tu nuevo rincón doméstico favorito.

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Las pérgolas se pueden construir de distintos materiales, los más habituales son el hierro, el aluminio o la madera, pero también hay variantes de cemento o bambú, dependiendo de tu presupuesto y de la resistencia que quieras darle a la estructura. Después, solo tendrás que cubrirla con un toldo, lamas de madera, o una capa espesa de brezo o cañizo para convertir un pedazo de tu jardín impracticable en las horas de sol extremo en un pequeño refugio para toda la familia.

¿Dónde y cómo instalar una pérgola?

Antes de nada, ten en cuenta el trayecto que el sol lleva a cabo a lo largo del día: proyecta la evolución de la sombra que genera en el área exterior que quieras cubrir, y asegúrate así de que no habrá sorpresas una vez instalada y todavía te entren rayos solares en horas duras en dicho hueco. Para que el espacio sea cómodo y quepan muebles de relax para comer, descansar o pasar el rato con tus amigos, necesitarás disponer de, al menos, una superficie de 18 m² en adelante.

En cuanto a la situación de tu pérgola, depende absolutamente del espacio disponible en tu patio o jardín. Se pueden crear pérgolas en puntos alejados de la casa para reforzar esa sensación de retiro que producen cuando están aisladas.

Pero si no dispones de muchos metros cuadrados, también se pueden adosar a las paredes exteriores de tu vivienda para generar una extensión del “área segura sin sol” a la salida de la misma. Una última opción es instalar una pérgola móvil, que puedas trasladar a cada parte del jardín según el momento del día y tus necesidades. Eso sí, ten en cuenta que son menos resistentes y, probablemente, acabes sin sacarle partido a su movilidad por pereza y termine quedándose siempre en la misma ubicación.

Materiales para tu pérgola

Antes de decidirte por el material, contempla de forma previsora qué inclemencias del tiempo deberá soportar en tu región o zona. Si las lluvias son especialmente virulentas o los vientos desatan rachas de fuerzas colosales, no lo dudes y lánzate a por una pérgola de hierro, de obra (en ladrillos, hormigón, etc.) o maderas pesadas y resistentes.Si no es necesario que tu nueva pérgola resista tempestades, podrás plantearte materiales más ligeros como el plástico, el bambú o el aluminio. Estoy convencido que este post sobre qué cubrimiento escoger para tu pérgola te va a dar muchas ideas.

La combinación estética con la casa y los elementos del jardín es muy importante y totalmente personal en cada caso. Mi primera elección sería siempre maderas nobles, como las variedades de pino sueco, ruso, insignis o de Oregón. O, si el presupuesto te lo permite, optar por roble, fresno, tilo, nogal o cerezo. Hay maderas orientales como la ukola o el ipe cuyo tacto y aspecto te seducirán de inmediato. Pero todas ellas, de la primera a la última, te exigirán una labor mayor de mantenimiento y cuidados periódicos que si optas por materiales como el metal o el cemento.

¿Agua va? Decide la permeabilidad de tu estructura

Como te puedes imaginar, un techado de brezo te puede transportar directamente a esas vacaciones mediterráneas que tanto añoras. Pero si llueve, el agua llegará a tu cabeza en cuestión de segundos y toda sensación de bienestar se tornará en decepción y huida al interior de la casa. Por eso has de tener claro las necesidades de permeabilidad y el sistema de evacuación de agua que tiene tu hogar.

Si optas por un techado impermeable, necesitas obligatoriamente prever la canalización y expulsión del agua hacia, al menos, uno de los lados de la estructura. De lo contrario, el peso del agua amenazará la solidez de tu cubierta y su presencia irá deteriorando paulatinamente sus materiales. En caso de duda, opta por una pérgola bioclimática, que te ofrezca un aislamiento completo ante cualquier expresión climática, por extrema que sea: de lluvias potentes a rayos de sol abrasadores.  

Mi recomendación: verde, que te quiero verde

Para terminar, te diré que una pérgola nunca pasa de moda y se convierte, en el 99% de los casos, en tu nuevo punto de fuga sin tener que salir de casa. Una gran idea para acertar con ellas es optar por elementos naturales, tanto en su construcción como en su decoración. Esto hará que estén más integradas en tu jardín y que den esa apariencia “eco” que tanto nos gusta.

Introduce plantas bajo su protección, enredaderas en su estructura, y todo tipo de mobiliario en ratán (muy resistente y de aspecto también ecológico) y no te arrepentirás de tus decisiones. Y si necesitas ayuda con todo esto, no dudes ni un momento en consultar a nuestros profesionales instaladores de toldos y pérgolas para obtener tu presupuesto sin compromiso y todas las ideas y sugerencias de los que más saben.

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