Cómo elegir la caja fuerte ideal para aumentar la seguridad de tu hogar
Lejos de lo que muchos puedan pensar, las cajas fuertes no son para millonarios. Por un lado, su coste es muy inferior al que te imaginas, partiendo de los 40€ de una caja pequeña de superficie.
Por otro, todos podemos guardar en casa cantidades de dinero, joyas u otros bienes de valor que merece la pena conservar con garantías. Su uso no termina aquí: los modelos ignífugos y herméticos también protegen su contenido de accidentes domésticos como inundaciones o incendios, y permiten mantener lejos de los niños artículos peligrosos, como las armas de fuego. En este caso, necesitarás una caja homologada que cumpla con normas específicas marcadas por la ley. Una caja fuerte es fácil de instalar sin necesidad de ser albañiles o cerrajeros profesionales, aunque de tu pericia con el yeso y el hormigón dependerá que necesites o no la ayuda de ellos.
Ahora, ¿qué modelo te interesa más según el uso que vayas a darle? Lo más importante es decidir el nivel de seguridad que precisas, y para ello tener en cuenta dónde vas a instalarla y qué necesitas guardar dentro de ella. Un consejo interesante es olvidarte de los lugares habituales para esconderlas, como interiores de armarios o detrás de los cuadros: es el primer sitio donde un ladrón mirará en tu casa. Algunos modelos, sin embargo, se pueden instalar en zócalos y camuflarse como placas de enchufe.
¿Qué tipos de cajas fuerte hay en el mercado?
Las empotrables en pared o suelo requieren hacer una pequeña obra, pero ofrecen una mayor seguridad. Si almacenas bienes de alto valor en casa y dispones del lugar perfecto para ocultarla, esta es tu opción. A más bulones de la cerradura y mayor grosor, más seguridad. El material también es decisivo: si su acero está tratado al tungsteno podrá incluso resistir la acción de un taladro con broca para metales.
Las cajas de superficie no requieren obra, solo hay que atornillarlas a su superficie, aunque obviamente son mucho más fáciles de detectar y extraer. El tipo de combinación de su sistema de cierre también nos plantea dos variantes: combinación mecánica (girando ruedas, al modo clásico) o electrónica (mediante contraseña numérica, más cómoda y fácil de cambiar).
Cómo instalar una caja fuerte empotrable:
1. Planta en la pared de destino las medidas de tu caja, añadiendo al menos 5 cm a los laterales, 10 cm a la base y 15 cm a la parte superior.
2. Con la ayuda de maceta y cortafríos, abre el hueco y prepara una base para soportar la caja.
3. Prepara en una cubeta una mezcla de yeso negro y agua, dejando reposar.
4. En la base del hueco de la pared, coloca ladrillos rasillones (los más planos) y aplícales el yeso. Esto aportará consistencia para acoger mejor la caja.
5. Llega el momento de introducirla: protege antes su frontal con plástico y cinta de carrocero.
6. Una vez dentro, usa una paleta para rellenar el hueco con hormigón, comenzando por los laterales.
7. Deja pasar dos días y refuerza con yeso negro. Cuando esté seco, aplica yeso blanco para enlucir y, seco este, remata la pared con pintura.
Y recuerda que cualquier medida de seguridad en casa es valiosa, pero la protección empieza por ponérselo difícil a los cacos.
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