Las grandes compañías y su influencia para mejorar el medio ambiente
Todas las empresas, organizaciones, instituciones e individuos somos responsables de cuidar el medio ambiente y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras. Cada cual pone su granito de arena en el empeño por hacer del mundo un lugar mejor en el que vivir, pero no cabe duda de que las grandes compañías tienen un gran poder de influencia al que sacar partido.
Una de las herramientas corporativas que cubre cuestiones que van desde el bienestar de los empleados y el comercio justo, hasta el alcance comunitario y la ética es la responsabilidad social corporativa. Analiza cómo el negocio impacta en las comunidades en las que está presente, tanto a escala local como global, así de cómo la compañía trata el impacto en el medio ambiente que se produce por la propia actividad. Al abordar estas preocupaciones ambientales, las empresas pueden trabajar para crear un futuro más sostenible.
Existen buenas razones para subirse al tren de la sostenibilidad. La Comisión de Negocios y Desarrollo Sostenible revelaba en 2017, en un estudio, estadísticas sobre el valor de los modelos de negocios sostenibles y cómo podrían «crear oportunidades económicas por un valor de hasta 12 billones de dólares y crear hasta 380 millones de empleos para 2030». Con muchos recursos no renovables que se están agotando, o que lo harán a medio plazo, y con gobiernos de todo el mundo que otorgan subsidios a empresas ecológicas, la oportunidad está ahí.
La influencia de las grandes compañías
No hay duda de que toda aportación en el ámbito de la sostenibilidad es bienvenida. Desde cualquier empresa, tenga el tamaño que tenga, instituciones, organizaciones y ciudadanos de a pie, todo cuenta. Sin embargo, las grandes compañías tienen un posicionamiento global, una reputación y una capacidad de difusión muy por encima del resto.
Hablamos de compañías que son muy conocidas, multinacionales y marcas de importante reconocimiento. Estas empresas consiguen repercusión global con casi cualquier movimiento que decidan emprender. Y si apoyan al medio ambiente, la tracción que generan en la sociedad y en muchas otras empresas es enorme.
Por ejemplo, IKEA ha instalado más de 700.000 paneles solares en sus tiendas y el 50% de la madera que emplean en sus productos procede de bosques sostenibles. Con esto están demostrando que la sostenibilidad puede ser una parte central de cualquier modelo de negocio sin afectar negativamente los ingresos.
En el caso de HomeServe, recientemente recibimos la certificación ISO 14001 gracias a nuestro firme compromiso con el medio ambiente. Aquí, ponemos de manifiesto nuestra implicación y constancia para reducir el impacto ambiental, implantando políticas y principios orientados a prevenir la contaminación, reducir los residuos que generamos como empresa y promover el uso responsable de los recursos. Internamente llevamos a cabo diversas acciones de concienciación y celebramos nuestra semana del medio ambiente para reforzar los mensajes del día a día.
En el lado de las compañías tecnológicas existen muchos ejemplos de buenas prácticas medioambientales que sirven de guía para muchos. Por ejemplo, Hewlett Packard fue una de las primeras compañías en informar sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero, antes de publicar planes detallados sobre cómo procedería para reducirlos. Entre otras medidas, diseñaron un ambicioso esquema de reciclaje y eliminaron algunas sustancias tóxicas en la fabricación de sus productos.
Transparencia y comunicación, claves para liderar el cambio
Gracias al poder de las redes sociales, las empresas de todo el mundo pueden compartir información que podría ser fundamental para promover un cambio a todos los niveles. Hoy, es tan importante ser transparentes, transmitiendo las acciones que se realizan por el medio ambiente, compartiendo resultados e inquietudes, como saber comunicarlo.
Que las grandes compañías se impliquen en el cuidado del medio ambiente, y nos lo hagan saber, tiene un efecto poderoso en las personas. Cierto es que existe siempre un componente de negocio en todo esto, puesto que la conciencia general de la población tiende a posicionarse del lado de los productos «eco-friendly». Sin embargo, en cierto modo estamos ante una estrategia win-win: las empresas aumentan su facturación mientras se ejerce un consumo responsable global.
Las estrategias son diversas, pero están todas enfocadas en crear conciencia: grandes superficies que dejan de lado los envases de plástico, empresas tecnológicas que reutilizan agua de lluvia o que apuestan por el aislamiento térmico de sus sedes para gastar menos energía eléctrica en climatización.
Cada vez son más las compañías que apuestan por la sostenibilidad, ya sea en sus procesos, implementando mejoras en sus propias instalaciones o con programas de Responsabilidad Social Corporativa. Con cada aportación, estamos avanzando con paso firme hacia un futuro mejor.