Así puede afectar el cambio climático a las empresas
El cambio climático es una cuestión muy real que nos afecta de manera global. El incremento de las temperaturas trae consigo muchas consecuencias: fenómenos climáticos extremos —inundaciones y sequías, olas de calor y de frío—, potencia los procesos de desertificación y erosión y, en general, pone en peligro la biodiversidad.
Para las grandes empresas, además, el cambio climático conlleva riesgos (y, en algunos casos, oportunidades) ciertamente inesperados, sobre todo por el impacto financiero que este fenómeno global tendrá en sus cuentas.
En general, el cambio climático puede desacelerar el crecimiento económico a nivel mundial durante las próximas décadas. Se estima que los cambios de temperatura podrían reducir los ingresos a nivel mundial en aproximadamente un 23% para 2100. Por otro lado, un estudio determina que un aumento de 4.5 ° C en las temperaturas globales podría reducir el producto interior bruto global en unos 72 billones de dólares.
A nivel individual (hablando de empresas y multinacionales), la impredecibilidad del clima tendrá un gran impacto, reducirá la disponibilidad de materias primas y, entre otras cosas, podría interrumpir las cadenas de suministro. Entre los riesgos que el cambio climático generará para las empresas, podemos destacar los siguientes.
Eventos meteorológicos extremos
Tormentas más severas, huracanes más destructivos, inundaciones, sequías, olas de calor o frío… La lista de posibles desastres derivados de eventos meteorológicos es enorme. Cada año que pasa, las noticias nos recuerdan el aumento en la frecuencia y virulencia de estos fenómenos. Para las empresas, el impacto directo en sus cuentas es claro por los daños generados directamente, o por la interrupción de rutas de distribución, principalmente.
Con estos eventos y sus consecuencias, las primas de los seguros contratados aumentan su valor, así que, por lo tanto, los costes derivados del cambio climático son múltiples. Esta es la primera causa de riesgo para los negocios en el futuro a corto plazo.
Cambios en la disponibilidad y coste de los recursos
La disrupción de la cadena de suministro por causas meteorológicas supone un gran reto para las empresas. Podemos entenderlo mediante ejemplos:
- Las sequías severas y continuadas en el tiempo pueden causar escasez de cultivos que son utilizados para alimentación, para fabricar prendas de ropa u otros productos.
- El aumento de los gastos de electricidad y transporte incrementará el coste de todos los bienes que han de ser transportados.
- Las normativas que establecen restricciones a los bienes que pueden ser vinculados con el cambio climático también aumentarán los costes finales, por ejemplo, porque las empresas se vean forzadas a utilizar otros materiales más costosos, o a reciclar más desechos.
Cambios en la demanda
Un aumento global de las temperaturas tiene un impacto directo en la vida diaria de la población. Por poner algunos ejemplos, las necesidades de refrigeración aumentarán (y, por lo tanto, la demanda energética para satisfacerla). Con las elevadas temperaturas también tendremos inviernos más fríos (el cambio climático hace extremo el clima) que exigirán más energía para calefacción.
Existen múltiples explicaciones a este fenómeno, y depende mucho de la región del globo en la que nos fijemos. Por ejemplo, en los Estados Unidos, el incremento de aire polar que se desplaza hacia el sur (debido al aumento de las temperaturas globales) provocará inviernos cada vez más gélidos.
Mayores riesgos laborales
Los trabajadores de determinados sectores tendrán condiciones de trabajo más duras. Esto significa que, para los trabajos en el exterior, sobre todo, los riesgos para la salud y en cuanto a seguridad en el puesto de trabajo serán cada vez mayores. El impacto en la empresa es evidente, ya que aumentarán los costes de aseguramiento del trabajador, así como los costes asociados al absentismo justificado por razones médicas.
Cambios en la legislación
Las leyes serán cada vez más duras con aquellas empresas que incumplan con los objetivos de sostenibilidad marcados. Las empresas que más contaminen y que, además, no contribuyan a mitigar las emisiones contaminantes, se verán penalizadas: deberán asumir costes más elevados para contrarrestar su capacidad contaminante.
Por otro lado, las compañías productoras de energía se verán beneficiadas si cambian sus preferencias de generación a las energías más limpias, y verán cómo sus beneficios y mercado potencial se ven reducidos en caso contrario.
La presión social del consumidor
Otro de los grandes problemas que conlleva el cambio climático, un reto para muchas empresas, es que el consumidor está exigiendo cada vez más responsabilidad. Es decir, un compromiso real y manifiesto con la conservación del medio ambiente, con la reducción de emisiones contaminantes y con una producción que reduzca a la mínima expresión el impacto medioambiental.
Muchas grandes y pequeñas compañías llevan años trabajando con modelos de responsabilidad social avanzados, y tratando de convertirse en productores «amigables» con el medio ambiente. Incluso, muchas de ellas están inmersas en complejos procesos de descarbonización, reemplazando gran parte de su consumo de energía de procedencia fósil por otra procedencia 100% renovable.
Desde HomeServe, poco a poco tratamos de afianzar y mejorar nuestro compromiso con el medio ambiente. Actualmente, estamos adheridos a los principios del Pacto Mundial. De hecho, este año eligieron nuestra labor anual de reforestación que llevamos realizando desde 2014 como una buena práctica empresarial para concienciar sobre el cuidado de nuestro planeta. Esperamos seguir mejorando cada día en ser una organización comprometida con la Tierra.